Muchas personas utilizan argumentos y razonamientos ilegítimos para justificar sus actos de tortura y muerte a miembros de otras especies apoyándose en la idea de que el término «animal» engloba a todos los seres animados no humanos.
De esta forma, esas personas generalizan cualquier atribución a dicho conjunto (por ejemplo: si matamos mosquitos podemos matar gorilas) y justifican sus atroces comportamientos y actitudes las cuales se ha demostrado científicamente que no repercuten de igual forma en unas especies que en otras.
Por este motivo quisiera dejar claros algunos conceptos:
En primer lugar y dependiendo del sistema de clasificación, técnicamente el término «animal» es la denominación del reino del que los seres humanos también formamos parte y excluye a los miembros de otros reinos como el vegetal, los hongos, microbios…etc.
Así mismo podemos afirmar que el término «racional» (de igual forma que ocurre con el término «animal») ha sido atribuido de manera incorrecta el ser humano para distinguirlo, por su lógica superior o diferente, de la racionalidad que alberga el resto de las especies animales.
Evidentemente, y si nos basamos en la conceptualización humana, este adjetivo «racional» se aplicaría al hombre desde poco antes que comenzara a escribir su historia. Pero dicha característica no se extiende, en una medida apreciable y en ocasiones, a todos sus individuos. Todos hemos llegado a conocer personas que se diría poseen el raciocinio de una rana. Sabemos que el ser humano adquiere consciencia de grupo cuando su responsabilidad se diluye en una masa o muchedumbre de personas. En ese caso sus razonamientos alcanzarían el mismo nivel que el de una piara, manada o rebaño de ovejas. También sabemos que en ocasiones, seres humanos casi carentes de razón utilizan la tecnología y el poder para destruir y provocar graves daños a sus semejantes y a la naturaleza. Su «irracionalidad» no les permite percatarse de que ese daño acabarán sufriéndolo ellos mismos y sus descendientes. Anecdóticamente muchos humanos con su particular «raciocínio» llevarán a nuestra especie a su autodestrucción y completa extinción.
Volviendo al término «reflexivo», definiría a todo aquel animal (incluido el ser humano) que reacciona de manera adecuada ante una situación o sentimiento más allá de las premisas básicas que todos comparten durante el transcurso de su vida (alimentarse, sobrevivir y reproducirse).
La mayoría de los animales que lo engloban formarían parte de la clase de los mamíferos pero no se excluiría a otras como los reptiles, aves o anfibios. En esos casos sería muy difícil determinar que animales disponen de lógica suficiente como para formar parte de este conjunto y habría que tener en cuenta el nivel de sofisticación de sus sistemas nerviosos.
En cualquier caso, podemos estar seguros de que el único animal reflexivo que alberga maldad es el ser humano y que el resto de ellos actúan por instinto natural y con una racionalidad intraespecie que evidentemente los Homo Sapiens no comprendemos. Así todos ellos disfrutan de una característica existente en la naturaleza de este planeta denominada la bondad Natural«.
De tal forma que debería establecerse una escala de niveles en relación a la capacidad reflexiva de cada especie para entender de manera más justa las relaciones del ser humano con ellos.
Porque no tiene la misma capacidad reflexiva, de raciocínio y de sufrimiento un perro que la pulga que transporta.
Rafa.